Otro mundo es posible.
Una mañana sin pantallas.
Hoy con mi grupo de 2do año, fuimos a la plaza, el día estaba hermoso y habíamos programado una merienda compartida para despedir el año. Para mi sorpresa, cuando llegamos a la plaza, un alumno me dice “profe me puede guardar el celular”. Cuando me quise dar cuenta, tenía todos los celulares en la cartera. Los chiquilines corrieron, jugaron a la pelota, se hamacaron, ¡se treparon a los árboles! Se rieron, se rieron mucho. Recién me pidieron los celulares cuando volvimos al colegio. Conclusión “naturaleza mata pantalla”. Los adultos deberíamos animarnos a soltarlos más, protestamos, pero nos resulta cómodo y seguro tenerlos conectados, para pensar…